17102014 [Spanish]

9:37 PM


La vida es demasiado injusta, conocemos a personas maravillosas que nos encantaría ver a diario y por desgracia no podemos, mientras a otras personas que no nos gustaría ver, las tenemos que tener cerca.

Y no es que no nos guste verlas, es que nos intentamos mentalizar de que es lo mejor, y es que si te das cuenta ya has pasado a llamarlo "esa persona" cuando antes lo denominabas por un apodo, una letra, una clave secreta con tus amigas, un número... 

Aquel qué tiempo atrás al oír su nombre te provocaba una sonrisa o al hablar de él te salía vocecita dulce, aquella persona que en tus malos momentos era la única que te hacia reír, la única capaz de alegrarte el pésimo día que habías tenido, el único mensaje que te hacia chillar y sentirte cursi, la única voz que tu mente podía recordar... Y no es que le odies ahora, porque la verdad es que aún le quieres... 


Pero quererle no quiere decir que sigas sintiendo lo mismo, y sí, esto puede ser culpa suya, pero también tuya, porque has cambiado, has mejorado, has aprendido a no depender tu felicidad de alguien, has comprendido que mereces algo mejor, a no conformarte con como te trataba, has despertado de aquella burbuja que te tenía inmersa pensando que él era lo mejor que había. 

Y ahora lo que sientes ahí, en el pecho, cerca del corazón, no es el dolor de no volver a verle nunca más, es el dolor de como todo ha degenerado.
Te acuerdas de su primer "Hola" o su primera mirada, donde fue y a que hora, aquella mirada y esas cosas en las que hace meses no caías, pero ahora con perfecta claridad recuerdas...no falta detalle, a donde ibas, que llevabas puesto, que llevaba el puesto, incluso que sentiste... 

Pero esto es sólo una manera de matarte lentamente, por muy doloroso que sea es mejor cortar de raíz, no volver a pensar en ello, hacer como que nada ha pasado, convertir a aquella persona tan especial en un auténtico desconocido. ¿Y si vuelve a ser todo como antes? Esa es una pregunta que tu cabeza responde automáticamente como de manera sobreprotectora "nunca pasará". Mientras en lo más profundo de ti deseas con ansia que suceda... 


Pero la verdad es que eso solo ocurre en los cuentos de hadas, y yo deje de creer en Peter Pan cuando no apareció por mi ventana.
Y es que de eso trata la vida, de recuerdos pasajeros, de personas y las memorias que te dejan, de todo lo que te hace crecer y darte cuenta del enorme valor que tienes y de que nunca te puedes dar por vencido.


xoxo


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